Las inundaciones repentinas en el este de España han provocado la muerte de al menos 158 personas, convirtiéndose en uno de los peores desastres naturales en la historia reciente del país.
Las tormentas, que comenzaron el martes, han afectado amplias áreas desde Málaga hasta Valencia, arrastrando vehículos y convirtiendo calles en ríos.
Las autoridades han movilizado rescatistas y más de 1.600 soldados de la Unidad Militar de Emergencias para ayudar en las evacuaciones y la búsqueda de sobrevivientes, ya que muchas personas siguen desaparecidas.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció tres días de luto nacional y prometió que se destinarán todos los recursos necesarios para la recuperación.
Las imágenes de la devastación han impactado a la población, con reportes de personas atrapadas en sus hogares y rescates a través de helicópteros y botes. La situación es especialmente crítica para las personas mayores y vulnerables.
Las tormentas causaron daños significativos en la infraestructura, como el descarrilamiento de un tren de alta velocidad.
M zonas han quedado sin electricidad y servicios de comunicación, complicando aún más los esfuerzos de rescate.
Se estima que la cifra de muertos podría aumentar, ya que aún hay regiones que no han reportado víctimas y se siguen realizando búsquedas en áreas de difícil acceso.
Expertos apuntan a que estos fenómenos extremos podrían estar relacionados con el cambio climático, agravados por las recientes sequías y temperaturas récord en el país.
A medida que las lluvias empiezan a disminuir, el lodo y los escombros dificultan el reconocimiento de muchas calles, y los esfuerzos continúan para ayudar a los afectados en medio de una angustiante búsqueda por familiares desaparecidos.
La Comisión Europea también se ha ofrecido a ayudar, activando mecanismos de asistencia en caso necesario. Las tormentas continuarán afectando la región, y se teme que el daño sea aún mayor en los próximos días.
Con información de AP