Nicky Jam, el renombrado artista puertorriqueño, tomó una decisión significativa poco antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, cambiando su apoyo a Donald Trump tras un comentario despectivo de Tony Hinchcliffe, un comediante que era partidario del entonces candidato.
Durante un evento de campaña en el Madison Square Garden en Nueva York, Hinchcliffe hizo una referencia altamente ofensiva a Puerto Rico, denominándolo una “isla de basura flotante”.
Este comentario provocó la indignación de Nicky Jam, quien se sintió insultado y decidió expresar su descontento a través de un video en sus redes sociales.
En el mensaje, Nicky Jam reflexionó sobre su apoyo inicial a Trump, explicando que su motivación principal era la economía de Estados Unidos, donde residen muchos latinos que enfrentan dificultades económicas.
“Yo apoyé a Donald Trump porque pensé que era lo mejor para la economía en Estados Unidos”, dijo el cantante, aclarando que nunca imaginó que un comediante haría una declaración tan despectiva sobre su país.
Esta experiencia lo llevó a retractarse de su apoyo, afirmando: “renuncio a cualquier apoyo a Donald Trump. Me echo a un lado de cualquier situación política. Puerto Rico se respeta”.
La controversia no surgió solo a partir de este incidente. En septiembre, la famosa banda mexicana Maná también había hecho comentarios en relación al apoyo de Nicky Jam a Trump, calificándolo de “racista”. Como resultado, decidieron retirar su colaboración musical con el artista urbano de todas las plataformas.
“No trabajamos con racistas ni con personas que van en contra de los derechos de los latinos”, expresó la banda, que celebra 38 años de carrera en 2024.
Este cambio de postura de Nicky Jam y la reacción de Maná destacan las tensiones y divisiones dentro de la comunidad latina en Estados Unidos respecto a la política y el racismo, así como la importancia de la representación y el respeto hacia la cultura puertorriqueña y latinoamericana en general.
Con información de medios internacionales