Evo Morales, expresidente boliviano, anunció que hará «huelga de hambre» como medida para «viabilizar el diálogo» con el gobierno del presidente Luis Arce y para contribuir a «evitar hechos de sangre» en el marco de los desbloqueos de vías que están llevando a cabo las fuerzas del orden.
Morales explicó que su huelga de hambre se llevará a cabo hasta que el gobierno acepte instalar dos mesas de diálogo: una centrada en cuestiones económicas y otra en temas políticos.
También propuso a sus seguidores considerar un «corte intermedio» en los bloqueos de caminos para evitar confrontaciones violentas y daños económicos.
El expresidente justificó la necesidad de negociaciones políticas señalando que hay «dirigentes injustamente detenidos, encarcelados y procesados». No obstante, aclaró que el Estado debe actuar con firmeza donde sea necesario, pero que no debe hacerlo contra aquellos que han sido privados de libertad por protestar o por diferencias ideológicas.
Finalmente, Morales hizo un llamado a la comunidad internacional, solicitando la participación de organismos internacionales y países amigos para facilitar un entorno favorable para el diálogo y conseguir resultados efectivos.
Con información de medios internacionales