El Departamento de Justicia de EE. UU. está considerando cerrar los dos casos penales federales contra Donald Trump antes de su posible regreso a la presidencia.
Esta decisión se alinea con la política histórica del departamento de no procesar a un presidente en funciones.
Los funcionarios han reconocido que no sería factible llevar a cabo un juicio contra Trump en el corto plazo, tanto por el caso relacionado con el 6 de enero como por el de los documentos clasificados, ya que ello desembocaría en apelaciones que podrían llegar a la Corte Suprema.
Además, la defensa de Trump está solicitando la anulación de una condena de 450 millones de dólares por fraude en Nueva York.
Con información de medios internacionales