Alejandro Fernández ha hecho historia al convertirse en el primer artista en agotar cuatro fechas en la emblemática Plaza de Toros La México, lo que se traduce en más de 160,000 entradas vendidas.
Este logro se produce en el marco de su gira «De Rey a Rey», un evento que celebra y rinde homenaje al legado de su padre, Vicente Fernández, quien es considerado un ícono de la música ranchera y cuya influencia ha llegado a niveles internacionales.
La gira «De Rey a Rey», que arrancó el 25 de octubre, cuenta con más de 30 fechas confirmadas en México y Estados Unidos, lo que pone de manifiesto la relevancia y el magnetismo de Alejandro Fernández en la industria musical.
Estos eventos no solo representan un tributo a la figura legendaria de Vicente Fernández, también marca un momento significativo en la carrera de Alejandro, consolidando su estatus como el más grande representante del género ranchero en el mundo.
La Plaza de Toros La México, conocida como el coso taurino más grande del mundo, fue el escenario ideal para esta serie de conciertos, evocando recuerdos de la actuación histórica de Vicente Fernández el 15 de septiembre de 1984. En aquella ocasión, el «Charro de Huentitán» reunió a miles de fans, un hito que su hijo ha logrado repetir, estableciendo un nuevo récord al tener la mayor cantidad de entradas vendidas en este emblemático lugar.
Durante sus presentaciones, Alejandro Fernández deleitó al público con una cuidada selección de clásicos que han forjado su carrera y la de su padre.
Temas como «Mi ranchito», «Por tu maldito amor/Qué te vaya bonito», «Lástima que seas ajena», «Hermoso cariño», «De qué manera te olvido», «La ley del monte», «Volver, volver», «Acá entre nos», y «El rey» resonaron entre los miles de asistentes, quienes coreaban cada canción con fervor y entusiasmo.
El ambiente de celebración continuó con otras interpretaciones que son un sello característico del artista, incluyendo «Caballero», «Me dediqué a perderte», «Mátalas» y «Canta corazón», cerrando la mágica noche con «Como quien pierde una estrella».
La conexión entre Alejandro y su público fue palpable, y la energía en la Plaza de Toros La México fue inigualable, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva de todos los presentes. Sin duda, esta noche histórica codificó aún más el vínculo entre las generaciones de Fernández y la música ranchera, consolidando el legado que perdura a través del tiempo.
Con información de medios internacionales
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