Dimitris Dimitriadis es un futurista que trabaja en el Instituto de Investigación de Futuros y Prospectiva (IFFR DAO). Aclara que su labor no consiste en predecir el futuro, sino en investigar para instituciones, como el Secretariado Especial de Prospectiva Estratégica de la Presidencia del Gobierno griego, y para empresas, ayudándolas a anticipar nuevos desarrollos y sus repercusiones.
Originario de Tesalónica y con 42 años de edad, Dimitriadis ha colaborado con la empresa de ciberseguridad Kaspersky en su reciente evento en Atenas. Es el autor del libro “2049”, que fue publicado en griego el año pasado por Key Books. Este volumen, que ha sido traducido al inglés y cuya versión en español se espera para finales de este año, lleva un subtítulo que refleja su optimismo: “Una perspectiva esperanzadora sobre el futuro de la humanidad”. Con su trabajo, busca colaborar con multinacionales, instituciones de la UE y entidades educativas para empoderar a los líderes en el uso de nuevas tecnologías.
Pregunta: ¿Qué significa ser futurista?
Respuesta: No se trata de predecir el futuro, sino de imaginar múltiples futuros. Como futuristas, nuestra tarea es estar preparados y ayudar a los demás a tomar decisiones informadas basadas en el análisis de datos y la comprensión de tendencias tecnológicas, sociales y económicas. Creamos escenarios y trabajamos con gobiernos y grandes organizaciones para ayudarles a anticipar lo que nos depara el futuro, en lugar de simplemente predecirlo.
P: ¿Es cierto que en diez años podría haber computadoras asequibles con capacidades similares a la mente humana?
R: Me baso en la idea de los rendimientos acelerados, planteada por el ingeniero Raymond Kurzweil. Actualmente, hay computadoras que realizan cálculos similares a los del cerebro humano. Si esta tendencia continua, es posible que en una década tengamos computadoras por 1.000 euros con la capacidad de ser igual de potentes.
P: ¿Existen motivos para preocuparse?
R: Sí, puede parecer aterrador, pero también trae esperanza. Esta capacidad tecnológica puede resolver problemas de gran importancia, como descubrir nuevas proteínas o curar enfermedades. Si utilizamos estas herramientas para el bien de la humanidad, el futuro puede ser prometedor. Sin embargo, siempre habrá quienes utilicen la tecnología con malas intenciones, pero también hay científicos y pensadores que trabajan en pro del bienestar humano.
P: ¿Veremos coches autónomos en el futuro?
R: Definitivamente. Aunque crecimos con la idea de los coches voladores, los vehículos autónomos de carga son una realidad inevitable. Más adelante, también veremos coches sin conductor en las ciudades, lo cual es esencial para reducir las muertes en las carreteras. Aunque ahora las tecnologías son costosas, han disminuido en precio y se están haciendo más accesibles.
P: ¿La inteligencia artificial tendrá un papel en la asistencia médica?
R: La IA es excelente para reconocer patrones, como en diagnósticos a través de imágenes médicas. Sin embargo, cuando se trata de dar malas noticias, se necesita el toque humano, la empatía. Nunca podremos reemplazar esa conexión emocional que solo un ser humano es capaz de proporcionar.
P: ¿Qué hay sobre profesores virtuales?
R: La enseñanza virtual tiene un gran potencial. Los estudiantes podrían interactuar virtualmente con figuras históricas como Aristóteles, lo que les proporcionaría un aprendizaje experiencial enriquecedor. Con la tecnología actual, podemos crear modelos de enseñanza a través de dispositivos accesibles.
P: ¿Es comprensible la tecnofobia actual?
R: La narrativa alrededor de la tecnología a menudo provoca miedo, especialmente influenciada por la ciencia ficción. Sin embargo, necesitamos empezar a confiar en la tecnología y trabajar en la educación y la integridad de la información para que la confianza pueda crecer con el tiempo.
P: ¿Cómo se puede garantizar el acceso universal a las innovaciones tecnológicas?
R: El acceso a la tecnología puede democratizarse mediante políticas adecuadas. Es esencial establecer marcos legislativos como la ley de IA en Europa, que tiene el potencial de fomentar la igualdad y diversidad en su aplicación.
P: ¿Es riesgoso que las personas dependan de la IA en lugar de las relaciones humanas?
R: La IA puede ayudar a mejorar la salud mental y las habilidades sociales, pero también existe el riesgo de que sustituya las interacciones humanas. Siempre habrá un balance entre las oportunidades y los desafíos que presenta, y es fundamental que los humanos sigan siendo parte de la ecuación. Yo opto por un enfoque positivo.
