El presidente colombiano, Gustavo Petro, anunció este lunes la declaración de «estado de conmoción interior y emergencia económica» en la región del Catatumbo, que abarca los departamentos de Norte de Santander y Cesar.
Esta medida se produce en respuesta a la grave crisis de seguridad y derechos humanos generada por los enfrentamientos entre disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército Nacional de Liberación (ELN).
A través de su cuenta en X, Petro expresó su apoyo al poder judicial en la implementación de estas medidas y añadió que «el copamiento militar siempre se desarrollará con la transformación económica de las regiones bajo violencia».
La decisión de declarar el estado de excepción fue evaluada en una reunión del Consejo de Ministros.
De acuerdo con la Constitución colombiana, el Gobierno tiene la facultad de declarar estados de excepción para repeler agresiones, defender la soberanía, y atender emergencias que amenacen la normalidad.
La situación en el Catatumbo ha resultado en una tragedia humanitaria, con reportes de al menos 30 civiles muertos y el desplazamiento de alrededor de 11,000 personas, incluyendo familias completas de comunidades indígenas que han tenido que abandonar sus hogares en municipios como Tibú, Ocaña y Cúcuta. Algunas de estas personas han buscado refugio en el estado venezolano de Zulia.
Como consecuencia de esta crisis, el presidente Petro decidió suspender el proceso de diálogo con el ELN, tras acusar al grupo de cometer «crímenes de guerra».
La situación en la región sigue siendo crítica, con un incrementado nivel de violencia y desplazamientos forzados.
Con información de medios internacionales