El informe de mercado publicado por la OPEP revela un notable aumento en la producción de crudo en Venezuela, alcanzando un nivel de 943 mil barriles diarios, lo que representa un incremento de 16 mil barriles en comparación con agosto.
Este volumen representa la cifra más alta de producción en los últimos cinco años, destacando un crecimiento sostenido a lo largo de los últimos 12 meses, dado que la producción era de 786 mil barriles diarios en septiembre del año pasado.
Sin embargo, a pesar de este aumento en la producción, el precio del barril de petróleo Merey, que es el referente para Venezuela, ha registrado una disminución.
Según el mismo reporte de la OPEP, el precio del barril Merey se sitúa actualmente en 56,91 dólares, lo que implica una caída de 7,24 dólares en comparación con el precio de agosto, que era de 62,15 dólares; esta disminución puede tener repercusiones en las finanzas del país, que ha dependido históricamente de la renta petrolera.
Acompañando este crecimiento en la producción, se observa una consolidación en los mercados energéticos. Un reciente reporte de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por su sigla en inglés) señala que Venezuela ha ascendido al tercer lugar como proveedor de crudo para Estados Unidos, superando incluso a Arabia Saudita. Este cambio en la dinámica de suministro podría darle a Venezuela una posición más favorable en el comercio energético internacional, a pesar de los desafíos económicos que enfrenta.
Este panorama refleja una dualidad en la situación petrolera del país: mientras la producción muestra una tendencia al alza, el precio del petróleo y su impacto en la economía venezolana se mantienen como elementos críticos a seguir, en un contexto global donde la competitividad y las relaciones comerciales son cada vez más fluctuantes.
La capacidad del país para capitalizar este aumento en la producción en medio de la volatilidad del mercado será esencial para su recuperación económica a largo plazo.
Con información de medios nacionales